jueves, 26 de septiembre de 2013

Sangro no mancho

Conciencia menstrual y corporal, mejor arma contra la invisibilidad y la enajenación de nuestro cuerpo.
La sangre que derramo cada mes es pura, limpia, sana, llena de mensajes para mí y para lxs que me rodean.
 

Sangro, no mancho.
Sangro, no muero.
Sangro, no contagio.
Sangro, no enfermo.

Sangro, me renuevo.
Sangro, sangro, sangro....
Sangro sangre, no me desangro.
Sangro, sangro y sangro.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Mi Luna Llena

 

Mira al cielo, ¿la ves?
Allí en lo más alto.
Su brillo, su fulgor...
Plata que baña tu cuerpo.
Te acoge en su vientre, tu vientre, lo mece, lo calma...
Aún si no la miras, sabes de su presencia.
Magia lunática que te atrae.
Aún si la ignoras tu caldero resuena.
No puedes escapar porque ella eres tú. En ella reflejas tus aguas, tus fluidos, tus flujos...
Ella alumbra el bosque para facilitarte el camino y que estés más atenta, más loba...
Ella despierta a tu mujer salvaje inundando tu cuerpo con su halo de libertad.
La Luna Llena llama a tu mujer danzante para que bailes en círculo con tus hermanas.
Ahí está mi Luna, Llena.

 
 

viernes, 6 de septiembre de 2013

El miedo tensa mi útero....

Justo ayer leía unos versos de una poetisa, no recuerdo bien el nombre ni tampoco lo que decía de manera literal. Más o menos, con mis propias palabras, venía a expresar lo siguiente:

Sólo a veces recuerdo que vengo de un útero tenso.

Y es así.

Cada vez soy más consciente a nivel carnal, es decir, como experimento en mis propias carnes, que mi útero está tenso. Si bien lo he leído en múltiples textos, entre ellos los de Casilda Rodrigáñez Bustos (www.casildarodriganez.org),  la cosa cambia cuando lo experimento en mi propio cuerpo.

Lo tengo más que comprobado, mi útero es un músculo que permanece en estado de tensión continua, esto hace que todo el poder creativo y toda mi autoestima esté comprimido. Pero no es que me pase a mí por ser yo, sino que nos pasa a todas (creo), nos viene de serie, de años y años de herencia y de memoria celular. Nos viene de nuestras madres, abuelas, bisabuelas, tatarabuelas....

Tengo un útero tenso. Vaya... El primer paso es ser consciente de que tengo útero. Ya es algo. El segundo ser consciente de su estado: tensión. Aunque he de decir que hay ocasiones en las que esa tensión disminuye: orgasmos, estados de felicidad, alegría, éxtasis, de meditación y relajación, de conexión conmigo misma, con mi cuerpo, de coherencia con mi yo  interno... Y lo puedo sentir latir por dentro, en forma de pequeñas contracciones. También lo siento vibrar cuando bailo la danza infinita, de los ochos, de los círculos espirales de mi vientre....y entonces es cuando me siento yo misma, suelta, vibrante, auténtica, libre, salvaje, creativa, lúcida, sabia, bruja, sensual, sexual, voluptuosa, curva, redondeada...

Sin embargo, aunque estos instantes son pocos y cortos, ya es algo, consigo liberar un poco de tensión, suelto memorias heredadas, pegadas....

 
Pero hoy lo siento tenso. A pesar de que ayer bajó mi luna, a la que recibí libre sin bragas ni compresas...Hoy he sentido el miedo teñido de rojo sangre. Cuando he sentido más sangre de la normal en forma de coágulos, ahí el susto se ha apoderado de mí, por el miedo o mejor recuerdos pasados de sangrados interminables y muy abundantes. Creí volver atrás. Y es ahí cuando he notado la contracción, la tensión, el recoger, el no soltar, el amarrar, el apego....

Sin embargo, me he reconocido, aceptado y esto ha hecho abrirme y permitirme que se produzca la limpieza, que se vaya lo viejo y venga lo nuevo.

El miedo nos bloquea a muchos niveles, más de lo que podemos creer. El miedo es mente. Por eso he de volver al cuerpo y confiar en él. Es el camino para ir soltando tensiones y conectar con nuestro poder.

Reconoceré el miedo en mí, pero no permitiré que me bloquee y me deje avanzar. Mi útero se merece soltura, fluidez, dejarse ir, sentirlo blandito.... Así conectaremos con nuestra creatividad, con nuestro autoamor, autenticidad, con nuestro poder interno...


Creo que el camino es amarnos tal y como somos, amar nuestro cuerpo y nuestro útero....porque como siempre digo la revolución empieza por el amor al cuerpo.

<3 <3 <3

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Acoso callejero...Qué pereza!!!

Sucedió ayer. Como otras tantas veces, como a tantas mujeres, cada día, cada vez que salimos a un espacio que no parece ser nuestro.
 
Me sentó como una patada en el estómago, sin embargo ni me planteé contarlo al mundo. Quizá porque mi tiempo esta semana va lento porque mi bruja se va para los adentros, buscando las entrañas y los laberintos plateados de negra luna.
 
Sin embargo, hoy parece que algo en mí necesita soltar por la boca aquello que la mayoría silenciamos por considerarlo rutinario, normal y hasta un halago.
 
Ayer mientras paseaba por la ciudad que desde años me acoge volví a sentir en mi vientre la incomodidad, la impotencia, el desasosiego, el miedo, la tristeza, la ira y mil cosas más indescriptibles para mí en este momento. Quizá algún día logre desenmarañar todo lo que siente mi cuerpo o quizá no haga falta.
 
 
Una vez más, siento la vulnerabilidad y el acoso en mi piel. Un individuo me aborda por la izquierda y después de varias frases que ni siquiera recuerdo me dice que so voy para mi casa y que soy preciosa. Por el amor de la Diosa, me dije: "¡Qué pereza!" Yo en mi fase menstrual total, esperando mi luna, con mis mil temas reflotando en mi cabeza cual aves buscando su nido, y con mis mil sentimientos a flor de piel esperando a ser recolocados, he de dejar todo mi mundo salir fuera y decirle a un tipo que osa a opinar sobre mí si tan ni siquiera conocerme que me deje en paz. "¡¡¡Ufffff!!!" No daba crédito. Parecía nueva. Me sentí como una presa con riesgo de sufrir daño por mordisco o zarpazo o sobeteo...."¡Qué ascazo!". No me sentí muy fuerte en ese momento, mi mujer feminista estaba de huelga y sólo atiné a decir: "Déjame por favor!" y le di esquinazo.

 
¿Por qué he de soportar estas situaciones? ¿Por qué he de silenciarlas? ¿Por qué he de verlo como algo normal? Si algo dentro de mi se convulsiona es que no me hace bien ni es bueno. ¿Cómo me iba a sentir bien si mi sensación fue de acorralamiento? No quiero ni me gusta que un individuo desconocido me aborde por la calle y opine sobre mí. Y es triste darse cuenta que cuando nos ocurre una situación así salta el automático chip de ser una niña buena, no contestar mal, ser amable y educada... Pues no, ni hablar, tengo derecho a decir déjame en paz, vete a tomar viento, o lo que me salga de mi mismísimo. Ya vale de complacer al mundo exterior. Yo estaba tan feliz conmigo misma y un alguien me vino a incordiar de mala manera.
 
Mujeres, no son de recibo este tipo de situaciones con las que nos encontramos a diario y por las que salimos a la calle con esa sensación perpetua de vulnerabilidad que se hace más patente dependiendo de lo estrecha, oscura, solitaria y abandonada que esté la calle por la que vamos.
 
Mujeres, hemos de entender que si algo dentro de nosotras nos dice que esta situación nos incomoda no es por nuestra culpa, sino que la otra persona no nos está respetando.
 
Mujeres, hemos de ser conscientes de que saltará nuestro automático de "niña buena y complaciente" y que hemos de trabajar en desactivarlo y sacar nuestra asertividad diciendo lo que nos plazca, sin miedo a nada.
 
Mujeres, no tenemos que tolerar estas situaciones porque es lo que hemos aprendido y porque esté socialmente admitido. Si me siento no respetada lo digo y en alto.
 
Voy a seguir conmigo misma para mis adentros porque hoy no me apetece otra cosa. Empezar por respetarnos es un buen comienzo.
 
<3