lunes, 28 de enero de 2013

Otra vez la regla no!!! Me duele!!!!

Somos muchas las mujeres que sentimos o hemos sentido alguna vez dolor durante nuestra menstruación. En mi caso el dolor era tal que tenía que abandonar mi clase en el instituto e irme para casa casi llorando con un gran malestar. Sin embargo, recuerdo haber siempre comentado a lxs profesorxs mi realidad: "Me encuentro fatal, estoy con la regla y me voy a ir a casa". Las reacciones eran variadas, sin embargo, diré que siempre encontré comprensión o al menos eso percibía. Vamos que no me importaba mucho si me entendían o no simplemente lo comunicaba para irme cuanto antes.

Siempre me pregunté el por qué de este dolor, mentalmente buscaba la causa una y otra vez. Otras veces la pregunta era ¿Por qué yo? Mi cuerpo adolescente no entendía la razón porque la mujer tenía que experimentar esos dolores cada mes. Sin embargo, nunca sentí que no quería ser mujer. Muchas veces recuerdo haber salido fortalecida de cada ciclo, por haber superado ese dolor. Así lo gestionaba mi ser adolescente.

Sufrir la menstruación en vez de experiementarla, vivirla, saborearla, investigarla, indagarla...es lo que solemos hacer la mayoría de nosotras. Nos han transmitido que, al igual que los partos, las reglas son dolorosas hasta el punto de que hay ocasiones en las que renegamos de nuestro propio género.

Ilustración: Luis S. Parejo
Pero ¿de dónde viene este dolor? ¿por qué se produce? ¿para qué está ahí? Son preguntas que casi nunca nos hacemos. Simplemente nos desconectamos de nosotras mismas, de nuestro cuerpo y renegamos de nosotras mismas.

¿A qué nos lleva todo esto? A un círculo vicioso de desconocimiento y desconexión, que por otro lado es comprensible y lógico si no conocemos otra manera de hacerlo. 

El círculo se inicia por la desconexión del ciclo impide nuestro proceso vital de autoconocimiento de nuestra naturaleza real y de conectar con nuestro potencial y sabiduría internos. Desconectadas vagamos por este mundo lineal, adaptándonos a él desde pequeñas y sintiéndonos cada vez más frustradas y perdidas. No sabemos dónde estamos, dónde queremos estar, y peor aún, quiénes somos. 
Esto se traduce en que vivivos contranatura de nuestra esencia cíclica, y como respuesta el cuerpo se altera de una u otra manera.  Y precisamente esta alteración corporal desde lo interno nos produce diferentes síntomas como molestias, dolores, irregularidades, etc. que nos están avisando que algo no está bien.

Y justo ese dolor vuelve a mover el círculo vicioso pues no lo percibimos como una oportunidad de cambio que nos avisa de algo, sino como un achaque más por el hecho de ser mujer. Es ahí cuando el dolor se transforma en sufrimiento, se encalla. Esta percepción de que ser mujer es sufrir es la que nos acaba de desconectar y seguir moviendo la rueda, volviendo a renegar de nosotras mismas, de nuestro cuerpo y de nuestro útero, sin plantearnos el para qué de este síntoma, qué me dice, qué pasa aquí. 

El cuerpo que habitamos es sabio y nos va indicando el camino si le dedicamos tiempo y le escuchamos. Cada segundo nos brinda la oportunidad de conectar con nuestro cuerpo que tanto desea transmitirnos, quizá nos diga que necesita descanso, o nos demos cuenta que tenemos mucha tensión en una zona del cuerpo, o que tenemos que aprender a soltar, o a querernos, o que no hacemos lo que realmente deseamos, o que no sabemos poner límites en nuestras relaciones....Mil y un mensajes dependiendo del momento y de la mujer.

Si permanecemos en el sufrimiento no podremos avanzar hacia el autoconocimiento de nuestro cuerpo y naturaleza femenina. El sufrimiento nos ancla y apega, el dolor nos revela secretos y podemos trascenderlo. Decía Buda "El dolor es inevitable, el sufrimiento opcional".

Las mujeres estamos vinculadas desde los inicios de los tiempos al dolor y al sufrimiento, de hecho muchas somos grandes "sufridoras". Ya desde que Eva, cuando se nos condenó a la mujer a tener los hijos con dolor.  Estos esquemas están tan inmersos en nuestras células que muchas veces aún siendo conscientes de ello nos cuesta salir de esos roles de mujeres sufridoras. Es nuestra responsabilidad hacerlo, romper estos esquemas para poder gobernarnos.

Conciliarnos con el cuerpo es un buen inicio para conectarnos con nuestra menstruación. Tomar conciencia de nuestro cuerpo, darle amor, caricias, mimarlo....o lo que sea preciso.


De aquí me surge las preguntas siguientes: ¿Cómo habito mi cuerpo? ¿Cómo me comunico con mi cuerpo? ¿Y con mi útero? ¿Cuánto conozco de mí misma?

En futuras entradas hablaremos de las diferentes maneras de tomar más consciencia del ciclo y de cómo aliviar los dolores.  Un primer paso podría ser, al menos a mí me resulta, hablar de mi ciclo con naturalidad, de cómo lo vivo, de cómo lo siento, de cómo me duele.... ¿Por qué esconder las compresas cada vez que nos camnbiamos como si fuésemos a hacer algo malo? Buscar espacios dónde compartir con otras mujeres, también con hombres. Dar luz al ostracismo y a la oscuridad en la que tenemos metida a nuestra menstruación. Ella y nosotras nos merecemos darno luz. Hablar de nuestra menstruación ello nos hace valorar algo que es inherente a la mujer, que es nuestra esencia cíclica, es una manera de honrarla.

Paso la bola Y TÚ ¿CÓMO VIVES TU MENSTRUACIÓN?





jueves, 24 de enero de 2013

Mi cuerpo es hermoso

Sobra decir que vivimos en una sociedad en la que nos acribillan a diario con mil y un mensajes  subliminales y expresos, a veces hasta descarados, insultantes, indignantes, groseros... acerca de cómo deben ser nuestros cuerpos y nuestra imagen.

Se ha elegido por la gran industria - que se nutre de nosotras - una imagen como símbolo de belleza femenino que hay que alcanzar para ser una mujer felicísima y exitosa.

Nos pintan un modelo de mujer que en nada tiene que ver con muchas de nosotras. Es bien sabido por todxs que las portadas delas revistas están repletas de mujeres bellas a las que se las ha sometido al "fotosóp".

Se nos trata en la publicidad como objetos y el look que se busca es siempre pensando en el agrado y disfrute del sexo masculino.

¿Qué mensaje se nos está lanzando?

Que no somos bellas y para serlo debemos renunciar a ser nosotras mismas para llegar a ese modelo que se supone que es el símbolo supremo de la belleza.

Que nuestra imagen debe corresponderse con la que el hombre espera de nosotras.

Es cruel que nos intenten convencer de que no somos hermosas tal y como somos.

Pero lo peor es el hecho de que modifiquen la imagen de las mujeres que se suponen que cumplen con el cánon establecido. Es terrible el mensaje que nos dan de que ni tan siquiera las modelos son lo suficientemente hermosas para llegar a ese patrón.

 

Por eso critico desde aquí esa violencia que se ejerce contra las mujeres desde los medios (ahora también van a por los hombres) y lo peor cuando están dirigidas a las niñas y adolescentes que son blanco fácil y con menos herramientas para enfrentarse a ese continuo y despiadado bombardeo .

Debajo de toda esta campaña se repite una y otra vez el patrón machista según el cual la mujer para ser aceptada en la sociedad primero debe demostrar que es bella y debe aspirar a ser el cánon establecido. Es la cosificación de la mujer, somos objetos de belleza dispuestas para gustar a los hombres.

Me niego a que me impongan cómo debo ser, cómo debe ser mi cuerpo, cómo debo adornarlo...Nunca en el tiempo ha existido tal presión sobre la mujer como ahora, en la que la mujer debe renunciar a ser ella misma, con el mensaje de que no es lo suficientemente guapa y buena para ser aceptada. No podemos caer en este tipo de trampas y si hemos caído debemos ser consciente de estos patrones que tenemos inherentes y traspasarlos no perdiendo nunca nuestro centro y nuestro sentido de la belleza.

No podemos permitir que nos impongan desde fuera qué es ser una mujer bella y que no. Y menos aún que tengamos que ser todas iguales. Lo hermoso es que cada una sea ella misma, amando su cuerpo y mostrando su esencia y su carisma.

No quiero ponerme el disfraz de oveja, no quiero ser gris....quiero amar mi cuerpo porque es bello por sí mismo, desde el mismo momento en el que fue engendrado y más hermoso a cada instante pues se va nutriendo de las experiencias de la vida y porque lo amo cada vez más.

No quiero sentirme presa de mi propio cuerpo, y que mi mente y mis emociones dependan de si llego o no a ese modelo de mujer. Si mi cuerpo no es como dicen que tiene que ser mis emociones se alteran, me siento mal conmigo misma, no me gusto, me frusto? No puedo permitir que desde fuera gobiernen mi ser. Soy yo la responsable de mi cuerpo, de mis emociones y de mi vida.

Quiero que las mujeres de este mundo sean libres para elegir sobre cómo quieren que sea su cuerpo, que lo amen y lo cuiden como estimen conveniente sin la presión interna de tener que aspirar a ser el cánon de belleza de turno.
 

Justamente es eso lo que nos da poder: Respetar nuestro cuerpo y lo que significa, mimándolo y cuidándolo con mucho amor. Es importante tener presente que la belleza es algo subjetivo y que nos corresponde a cada una de nosotras decidir cómo quiero que sea mi belleza.

Sintamonos libres y bellas con nuestro cuerpo, soltemos las tensiones y las presiones, movamos nuestras caderas, pisemos fuerte el suelo y sobre todo no permitamos sentirnos bellas sólo cuando los demás nos lo digan, ni tampoco que nos definan por nuestro físico. Así libres asustamos, así libres decidimos.


                                                               Las tres gracias de Rubens

                                        

martes, 15 de enero de 2013

Quitando velos al patriarcado.....

Hoy mientras leía en diferentes blogs de maravillosas mujeres, justo en la "caja tonta" emitían un programa basura donde se exponen casos extrajudiciales, en ese momento no podía sentirme más indignada. El asunto objeto de litigio tenía como protagonistas a una jefa - empresaria y una empleada. Esta última denunciaba a la primera por discriminación al no haberla ascendido a un puesto de ejecutiva  por el mero hecho de ser mujer. La empresaria argumentaba a su favor que había ascendido a un hombre porque son mejores y están más cualificados para puestos de mayor responsabilidad porque una mujer cuando es madre ya no puede cumplir con las responsabilidades y obligaciones de altos cargos. ¡¡¡Vergonzoso!!! (Claro ahora entiendo las mujeres no pueden asumir responsabilidades de altos cargos pero sí altas cargas de todo tipo). Una mujer tirando tierras contra su propio género, sin hacer el menor ejercicio de reflexión y comportándose como si de un hombre se tratase. Si las mujeres repetimos el esquema patriarcal una y otra vez ¿Cómo va a cambiar el paradigma? ¿Cómo pretendemos empoderarnos?
 
Pero el tema no fue a más, no se quedó en que la empleada tuviera que demostrar que estaba cualificada y que la maternidad no es una lacra para la sociedad, si no que además había que oír a ciertas personas "opinadores" o "tertulianxs", no sólamente de sexo masculino si no también tristemente femenino, exponiendo de manera muy vehemente y sin mucho fundamento como las mujeres no podemos asumir estos puestos de responsabilidad. Con sus "sabios" argumentos estaban replicando una y otra vez patrones que creía ya obsoletos sobre todo en lxs jóvenes.

Y ahí estaba yo, con la mandíbula a punto de descoyunturarse, viendo atónita como personas de mi generación de los 70, se habían quedado ancladas en esquemas antiguos, dando por supuesto que el mejor sistema es el actual, que está establecido por los hombres, y que las mujeres fallamos una y otra vez y que no valemos como ejecutivas desde el el momento  que no podemos atender debidamente las obligaciones laborales por nuestras obligaciones maternales que nos impiden las primeras. Jóvenes y mujeres planteando la incapacidad femenina para puestos de alta dirección, para el liderazgo y poniendo como impedimento el hecho de que la maternidad nos hace salir de reuniones importantísimas y otras barbaridades del mismo pelo.  Si es que me está bien empleado por ver la tele. Me consuelo creyendo que dar credibibildad a estas personas contratadas por una televisión que vende carnaza no es muy inteligente por mi parte, sin embargo tristemente es un reflejo de la sociedad, de lo que subyace en muchxs de nosotrxs y que no es otra cosa que pilares consistentes de patriarcado que no hacen sino tratar a la mujer como una ciudadana de segunda. Lo sorprendente es que continuemos hablando de igualdad, si es así es porque no está integrada en nosotrxs y mucho menos en la sociedad.

Parece que ahora con la crisis la brecha de la igualdad entre mujeres y hombres empeora sobre todo porque la situación económica, social, laboral....que cae primero es la nuestra. Lo peor es que creemos vivir en  un  mundo maravilloso en el que existe igualdad entre ambos sexos, sólo hay que remitirse a las leyes que tanto nos "apoyan", sin embargo no es más que una pantalla o un velo  tras la cual está escondida la ignorada realidad de la que no se puede hablar por ser políticamente incorrecto, así nos se nos mantienen calladas y dormidas en ese creer y considerar que ya hemos avanzado mucho. Además debemos estar muy agradecidas a este sistema pues es dador de muchos derechos para las mujeres. Esto nos pone en una situación muy difícil de mujer deudora, de sujeto pasivo, que recibe y que por tanto debe. Pues no es así, esta crisis nos va a abrir los ojos porque nos hace ver a diario injusticias derivadas precisamente de esta desigualdad.

Pero el remate final, fue el de la arbitra que dictaminó un laudo neutral un tanto extraño, desviando el tema de la igualdad y defiendiendo a los empresarios/as como emprendedores e invitando a las mujeres a que sean emprendedoras. Mujeres, madres y emprendedoras: guau!!!!! Eso es lo ideal y deseable. Pero cómo hacerlo realidad si ni siquiera entre nosotras mismas nos ponermos de acuerdo ni nos apoyamos, no tenemos una estrategia común. Los hombres lo tienen mucho más fácil ellos  tienen una estrategia o plan de acción claro: el patriarcado. Sin embargo en nosotras hay una gran escisión: las que siguen al patriarcado consciente e inconscientemente y las que no. No obstante todas tenemos algo en común que es un poso subyacente en nuestro código genético acerca de la dominación masculina que se desvela en nosotras a cada momento.

Volviendo a la tristeza que me invadía al ratificar que seguimos igual que siempre y que aún tenemos muchísimo trabajo por hacer, que como dice la autora María del  Prado Esteban  en su conferencia http://www.youtube.com/watch?v=CZEc5Tpshbg, llamada la destrucción de lo femenino, las mujeres tenemos que ponernos en marcha y empoderanos, para lo cual necesitamos trabajar en nosotras mismas, asumir responsabilidad, por lo menos la de nuestra vida y pasar a ser sujetos no objetos.

 
Por tanto, esto es una llamada a las mujeres para que nos pongamos en marcha y no caigamos una y otra vez en las redes del sistema actual que nos vende una falsa igualdad sustentadas legislativamente. Reconozco que no es tarea fácil pero nos lo debemos a nosotras mismas.

Desde aquí quiero reconocimiento la labor diaria de todas las mujeres de  antes, de ahora y de siempre que han confiado en sí mismas, en su poder poniéndose en marcha y planteándose otros modelos diferentes al impuesto dándole voz y forma a su sentir y a su pensamiento, por pequeño que haya sido, sea y será el gesto. Cambiando una misma cambia el entorno que nos rodea.  Tenemos un reto importante entre manos que tenemos que emprender entre todas. Veamos esta gran crisis como una oportunidad para crear desde cero algo nuevo y sobre todo algo desde nosotras. Pongámonos las pilas, empezando por nosotras mismas, descubriendo en nosotras lo que hay del patriarcado para poco a poco ir soltando modelos y patrones, y sobe todo, confiando en nuestro poder.

La semilla es el inicio de algo hermoso.

martes, 1 de enero de 2013

Estoy pá dentro

Quizá porque es invierno
o quizá porque toca
o quizá porque me lo pide el cuerpo
o quizá porque sino me pierdo.

Pero ahora estoy pá dentro.
Conmigo misma, con mis cosas, con mis telarañas, con laberintos, mis oscuridades, mis luces, mis risas, mis llantos, mis amores y desamores, mis "yoes", mis "tues", mis luchas, mis triunfos, mis derrotas, mis aprendizajes, mis "aún no lo entiendo", mis "ya lo pensaré mañana", mis quejas, mis críticas, mis alabanzas, mis yo misma conmigo misma, con mis sin tí no puedo, con mis sin mi tampoco....

Y para todo eso necesito estar pá dentro.
Calentita, reposando, cociendo, escuchando, en silencio...mudando la piel, quitando capas, a gusto conmigo misma...cultivando mi jardín interno, conociendo cada flor, cada mala hierba, cada hoja, cada piedra....




Y quizá este año se inicie una nueva era o quizá la era la inicie cuando yo quiera...porque el poderío está en mí y sólo yo puedo crear mi mundo, moverlo, darle la vuelta entera, ponerlo patas arriba o por el contraio puedo estancarlo, dejarlo como está, que los demás hagan por mí....porque sólo de mí depende que cree la vida que quiero, que mis sueños se vayan realizando a mi ritmo, a fuego lento...


Empieza 2013, atrás queda el 2012.... y después de lo vivido y aprendido, es el momento de dejar espacio para lo que ha de venir, sino la olla exprés estallará porque no podrá con tanto condumio. No quiero empacharme, prefiero el poco a poco, fluir, haciendo espacios, soltando y recogiendo, a mi ritmo, a mi tiempo...

Y así en mi ahora crear mi vida, en un tejer de dentro a fuera, porque es lo que toca, porque me escucho, porque lo necesito...porque es invierno, porque quiero buscar mi luna y mi sol...

Con mis mejores deseos de que os escuchéis y estéis lo más conectadas posibles con vosotras mismas....No sólo os deseo FELIZ AÑO sino también FELIZ AHORA, porque es lo que tenemos y con lo que contamos, es el mejor momento porque en él es donde se produce la vida.