Hace unos días una mujer me contaba que llevaba cinco años sin luna, sin sangrados...Todo fue a raíz de un cambio importante en su vida. Me dejó impresionada porque reafirma una vez más la manera en que el cuerpo refleja todo aquello que no digerimos, sean emociones, alimentos, pensamientos.....
Ella me comentaba que aún así todos los meses sentía dolores. Percibí, porque no le pregunté para comprobarlo, que se sentía mal por toda aquella contención que no dejaba fluir su sangre por su vagina. Y como siempre pasa en la vida me vi reflejada en ella.
Comprendí que aunque los sangrados no lleguen seguimos con nuestros ciclos.
Sin embargo, casi no se hace mención a las mujeres que como yo no sangramos todos los meses. En mi caso debido a la ya confesada públicamente endometriosis y este mes de retraso que llevo también por cambios en mi vida. Lo siento así. Cuando no digiero bien lo que me rodea o lo que vivo en mí es cuando mi cuerpo se rebela. Si lo que hay dentro no consigue ubicarse, no encuentra su lugar, no es atendido como precisa...sale por algún lado.
Como mujer siento en mi piel que mi sangre no quiere salir. Y también sé que cuando lo haga saldrá a borbotones.. Sin embargo, siento una necesidad imperiosa de que mi luna haga acto de presencia, aún a sabiendas de que será una presencia cuantiosa.
Es curioso como juega el subconsciente y cuánta presencia tiene la culpa en nosotras:
¿Cómo es posible que me sienta menos mujer cada vez que mi luna se retrasa más de la "cuenta"?
¿Cómo puede ser que crea por un instante que no se gestionarme bien, que soy imperfecta, que no soy cíclica, que soy menos que el resto...?
¿Cómo puedo empoderarme si mi cuerpo no es un perfecto reloj cíclico que se sincroniza con la luna?
¿Cómo es posible que me exija tener sangrados "regulares" y "normales" y si esto no ocurre crea que no soy una mujer de verdad?
Pero ya no me resisto, dejo ahí esos pensamientos que pululen libremente, igual que vienen van...Los dejo en paz y los reconozco.
Con este texto quiero hacer un reconocimiento a todas las mujeres que por la causa, razón, circunstancia que fuere......sus lunas o sangrados no sean cómo se nos impone o cómo nos imponemos.
Cada mujer es única con sus circunstancias y vivencias, su cuerpo guarda unos mensajes diferentes, un código distinto...que cada una debe descifrar.
Quiero que nos tranquilicemos, que nos sintamos cíclicas, mujeres, circulares, sangrantes....lo que nos de la gana.
Que la normalidad es lo que para una es normal no lo que nos impone el sistema. Que no somos un reloj, que nos relajemos, que nos disfrutemos y que nos reconozcamos.
Que interpretemos este "estancamiento" como una oportunidad de cambio, como un mensaje de que algo en nosotras o en nuestra vida tenemos que atender o cambiar o al menos hacerle caso.
No voy a decir que sea fácil pues llevo 26 días de retraso y lo vivo con ansiedad, combinada con momentos de calma. Necesito verla, tocarla, sentirla... para tranquilizarme como si un mensaje guardara ....Ni se las veces que me limpio y busco evidencias de sangrado. Paralizo mi vida en torno a este no sangrado. Estancamiento de mi energía en mi cuerpo.
Sin embargo está siendo un aprendizaje interesante y maravilloso que me ayuda a descubrir todo mi poder interior. Gracias a estos períodos de no sangrado físico he aprendido a valorar la importancia de la sangre, de honrarla, de visibilizarla....Vivir mi ahora como algo circunstancial en mí no como algo definitivo.
Se acerca la LUNA NUEVA y con ella cambios que moverán el suelo bajo el que me sustento, y entre ellos espero poder limpiarme de todas aquellas auto exigencias que no me benefician, de aquellos pensamientos negativos y de todos los miedos que me impiden avanzar.
Para ello me abrazo profundo, me recogeré, me amaré y soltaré todo aquello que está pegado en mi, que no me aporta.
Desde aquí acompañar y animar a todas las mujeres que se viven como bichas raras por no tener sangrados, por no tenerlos de manera regular, por sangrar gotitas, por lo que se salga de lo establecido....Para vosotras y para mí deciros y decirme que SOMOS CÍCLICAS, que SOMOS MUJERES SANGRANTES, QUE NOS RENOVAMOS CADA CICLO y QUE NOSOTRAS ESTABLECEMOS NUESTRA NORMALIDAD.
Porque la sangre es nuestro camino de autoconocimiento y crecimiento personal.
Os abrazo con amor.
María